Un año sin ti… así es, ya se fue un año desde la última vez que te vi agonizando en una cama de aquel hospital, donde me despedía de ti tristemente y donde tu alma se desprendía de tu cuerpo, tan sólo unas horas después de haberte visto viva por última vez.
Te he recordado día a día y mes a mes…, hoy hace un año de aquel triste momento…, hace un año ya… y los recuerdos y los sentimientos han sido muy gratos, pues he mantenido viva tu ausencia, recordando tus memorias, tus dichos y diretes, tus caracterizaciones de gran dama, mi madre, mi Margarita, “¡Mi Primera Dama!”.
Muchos años recordándote desde que tengo memoria, meses retrocediendo el tiempo hasta mi infancia y verme crecer junto a ti, junto a mi papá y mis hermanos, saboreando el amor de madre con los postres que nos hacías, tu entretenimiento muy marcado por años de sembrar gardenias y llenarnos de olores agradables en nuestras vidas en el rancho de papá y que hoy día mantengo fresco en mi nariz…
Tu cariño dividido en cuatro era enorme, la sensibilidad de llamarnos con los apodos a cada uno de nosotros es algo inolvidable, a mi papá: “Viejo” y a nosotros “Migo”, “Manolo” y “Moncho.”
Hace un par de meses mientras leía un libro, me llamó mucho la atención un renglón en el que el autor decía: “Somos estadounidenses por fuera y mexicanos por dentro. Tratamos de recobrar nuestro pasado buscando el perdón de nuestro hogar abandonado, que resiente que nos hayamos ido”… Ese pasaje atrajo a mi mente el siguiente episodio contigo, mamá:
…Mientras abandonábamos tú, Andrea y yo la casa de mi tía Duby en febrero del 2013, Andrea te llevaba del brazo y antes de subir al carro, despotricaste a los cuatro vientos: ¡Odio los Estados Unidos, lo odio! -¡Ay tiíta no digas eso!-, contestó Andrea volteando a verme…, -¡Sí, sí, lo odio por que me quitó a un hijo!… (yo, sencillamente no supe qué decir).
12 meses han pasado quizás con mucha nostalgia por no tenerte aquí, pero manteniendo la flama de tu amor viva para siempre; sólo puedo implorarte que nos mantengas unidos, …sólo eso te pido mamá.., mándanos tu luz donde quiera que estés para que mi papá, mis hermanos y yo nos mantengamos unidos en familia, aquella que tú dejaste en esta vida terrenal.
A través de la ventana miro al cielo y me reconforto pensando que estás con Dios, con tus papás y con tu hermana mi tía Conchita, juntos otra vez en familia.
Hoy me siento melancólico y se me vienen algunas lágrimas del sentimiento de no verte ya físicamente, pero sí en sueños y hasta escucho tu dulce voz llamarme por el nombre que tú elegiste para mí… una llamada telefónica recibí este año de ti: “Manolo” -me llamaste aquel día- … En fin mamá, te seguiré llevando en el corazón como lo he hecho en estos 365 días que han pasado, solo eso, solo eso quería expresar, mándanos tu bendición como solías hacerlo aquí en la tierra, que será bien recibida por todos nosotros…
También quiero compartirte bellos recuerdos y testimonios de gente en la que has dejado profunda huella y un amor que sigue y seguirá latente y presente cada día a pesar de tu ausencia física, pero que han querido dirigirse a ti de la siguiente manera:
TESTIMONIALES:
“Acróstico enviado por papá.”
Momentos inolvidables,
Así dice la portada:
Redactado con su letra
Graciosas cosas yo leo
Aquí encuentro su presencia
Ratos que evocan suspiros
Imagínense un librito,
Todo escrito con su letra,
Así dice un parrafito:
“Le hice una crinolina a Rosita, de un retazo que me sobró de la mía, en todo el día no vino Miguel, en la noche no fui a ningún lado”.
Martes 18 de julio 1961.
18 de julio de 2014.
Miguel Ángel De La Cruz Gracián.
Tía Magui:
“Hoy que no estás aquí presente físicamente, sé que te fuiste, en esos 4 años que viví más a tu lado, un gran ejemplo en mi vida, me enseñaste a cuidar de un hogar, a atender a la persona que está a mi lado, a disfrutar de la convivencia en familia y de ella en sí, a bailar un buen cha cha cha, sobre todo a cuidar de mi persona, a no estar desarreglada, a peinarme y sacarme un flequillo en la frente y de lado, a cuidar mi ortografía al escribir, ya que no era muy buena; hoy espero que donde te encuentres, los hagas reír y bailar, pero por encima de todo, te encuentres tranquila y feliz de haberme enseñado a ser un poco como tú. Gracias por todo. Te quiero mucho”
Concepción (Conchy Tonco) Vazquez Paz.
“Margarita…a un año de tu partida, si me pudieras escuchar…te diría que continúas aquí entre nosotros; tus hijos, tu esposo mi tío Miguel, han llenado ese espacio con bellos recuerdos, en los que hemos sido partícipes y vives en nuestra mente y corazón, tanto que puedo revivir en mi mente tu sonrisa, tu piel única, tu pelo rojizo que siempre me gustó, esa forma de ser callada y siempre sonriente; tu voz cuando decías ¡Ay Miguel! y luego una carcajada por lo que había dicho…y nos contabas una anécdota que nos hacía reir, “¿…a que vas?.. ¡a hacer el ridículo!””, en fin, tienes un lugar en nuestros corazones y un bello recuerdo de tu paso en nuestras vidas, te mando un beso estés donde estés….”
Gela Álvarez De La Cruz.
“Ella me ayudo desde que nos casamos Beto y yo en muchas cosas; cuando estábamos mal, ella siempre estaba ahí y eso nunca se olvida. Siempre tubo detalles (regalos) conmigo y con su ahijado “el panzón” (Carlos Alberto). Me gustaba que ella me dijera ‘tu no eres mi cuñada’, ¡tu eres mi hermana! (con lágrimas en los ojos mi tía Duby) dijo: Yo siempre admiré a Margarita que con todo y sus problemas y sus depresiones, siempre, siempre fue la más alegre de todos los Paz, ella en las reuniones de familia ponía la alegría. Margarita siempre me pidiò que le rezara cuando ya no estuviera aquí y lo hago con la misma alegría que ella me lo pedía”
Duby Gómez Moreno.
“Magucha, eres de las personas especiales que he tenido en mi vida; me permitiste ser la hija que tanto anhelabas y me adoptaste como tal, haciéndome ser y sentir parte de tu familia; recuerdo que lugar donde asistíamos todos pensaban que éramos madre e hija, lo cual me hacía sentir privilegiada. Disfrutaba tu compañía y tus agradables pláticas llenas de anécdotas, frases y dichos únicos, creados por ti, las cuáles me dejaron profundas enseñanzas. Poseedora de una alegría que contagiaba, lo cual me hace tenerte presente así: alegre, jovial, dicharachera. Magucha, te quiero mucho.
Hermana menor de mi madre, siempre muy unidas, haciéndonos sentir una sola familia, compartiendo momentos agradables así como situaciones adversas.
Muy platicadora, siempre de buen humor. Nos visitabas con mucha frecuencia por las tardes para tomar el café en la casa.
Tus llamadas diciéndome: “Hice enchiladas verdes –vente a comer a la casa-«. Fiestas y eventos ganaderos, las ferias, comidas en el “Club de Pesca”, cenas en “Los Jinetes”, siempre ahí estaba y todos creyendo que yo era tu hija. Mi madre los fines de semana en “San Joseíto” donde aprendí a cruzar el río en cayuco, caminar en la oscuridad y disfrutar las tormentas. Mi maestra de tejido, bordado y litografía. Tejiste para mis hijos su primer chambrita y zapatitos.
Enseñanzas: Amor a la familia, apoyo incondicional, y aunque cualquier problema pesara como un matrimonio, ella sonreía”.
María Concepción (Conchita) Alipi Paz.
“Tu mami fue una de las personas más importantes en mi infancia. Y nunca se me olvidarán las quesadillas que nos daba de cenar con ese delicioso queso que hacen en Tabasco y con un poquito de azúcar para que no supiera tan fuerte. Ja,ja,ja. Te puedo contar otra anécdota que siempre me hará recordarla y es que, cuando los visitamos Jorge (mi esposo), mis hijos y yo, después de 20 años de no pisar tierra tabasqueña, fuimos a recoger a Homero y a Moncho al Rancho para ir a comer, y tu mami estaba tan contenta por verme, que todo el camino de Macuspana a Villahermosa fuimos ella y yo cantando todas las canciones de ‘Dora María’… Me sentí tan feliz de que le hubiera dado tanto gusto verme, que nos abrazamos y lloramos juntas… La última vez que la vi, que ya estaba un poco malita, le decía a tu papá: ¿porque no le compras a Laura unas maneas para desayunar? o ¿unos tamales colados? Estaba muy pendiente de mí…, ja, ja, ja… ¡¡¡La extraño mucho!!!..
Laura Margarita De La Cruz del Río.
“Yo aún recuerdo las tardes que llegaba a “Ocampo” a casa de mis abuelos a tomar el café y platicar, eran lindas tardes con su presencia y sus risas. Casi siempre nos traía las charamuscas que mandaba mi tía Amada de Macuspana, una delicia”
Silvia (Silvita) Gil Alipi.
“Increíble pensar que pasó un año de la partida de mi madrina Margarita, siempre recordaré su preferencia para conmigo, ¡claro, era la única niña entre todos! Siempre dándome un buen lugar, ¡una linda sonrisa!
De la misma forma ¡ella siempre tendrá un lindo lugar en mi corazón!”
Laura Guadalupe (Laita) Álvarez De La Cruz.
«Margarita fue mi prima mas chiquita y por eso convivimos muy poco pero siempre llamó mi atención por bonita y alegre, pero cuándo fuimos grandes convivimos mucho en el ‘club de leones’ donde siempre se distinguió por su alegria, generosidad y don de gente y la quise tanto que hasta nos hicimos comadres»
Zoyla (La Chata) Paz Estañol de Reynaud.
«Emotivo y cargado de cariño y añoranzas hacia ella. Hermoso que alguien deje tantos bellos recuerdos y profundas huellas…»
Alicia Alvarado Ballesteros (correctora ortográfica y sintaxis) @Balles20










































