Había quedado en la recámara del rancho un vasito conteniendo los restos de tres gardenias que Ella, desde la cama, había visto que pendían de la mata y que esa mañana, contó: «Son tres gardenias» y ordenó: «¡Tráelas y ponlas en ese vaso con agua, para que no se marchiten!». Al llevarlas, tomó una que colocó, enredada en su cabello después de percibir su aroma, -hiere mi sentimiento relatar ésto, pero así fue-. Pasó un mes, después de que Ella se fue con Dios… y, al regresar al rancho, en el vasito que colocado en una cómoda quedó, lucía lleno de verdor uno de los gajos.-Dejo a la imaginación ¿qué la hizo vivir, cuando la recámara era un horno?-. Tal y como la encontré, la llevé a Veracruz en ocasión de visitar a mi hermanita, quien al escuchar el relato, casi me la quitó de las manos y dijo: «Yo la sembraré…» Al visitarla de nuevo, me la enseñó diciendo: «Ahí está la gardenia de Margarita y le compré una compañera…» En esta primavera, Gela, mi sobrina, en su Facebook puso fotos de la gardenia florecida ya.
“Es un legado que, desde el Cielo, Margarita y Milla, mi hermanita; me han dejado”.
Escrito por: Miguel Angel De La Cruz Gracián. (Mi papá)
Revisión Ortografica por: Alicia Alvarado Ballesteros
12/05/15 at 9:46 pm
Hermoso como siempre me encantó. Ya vez Manny tu mami sigue y seguirá siempre tan presente.
Me gustaMe gusta
12/05/15 at 7:47 pm
Hermoso relato,mágico!!! Tu mami vive en esa gardenia.
Me gustaMe gusta
12/05/15 at 1:25 pm
Conmovedor relato Manolo. Un Abrazo.
Me gustaMe gusta
12/05/15 at 11:30 am
Hermoso relato muy conmovedor, claro que tu mami está presente, en esa gardenia, en cada recuerdo en todos los momentos hermosos que vivieron juntos, ellos viven en nuestros recuerdos y en nuestros corazones por siempre
Me gustaMe gusta