«El Río Puxcatán»

tortuguero3Este río juega un papel muy importante en la vivencia que les voy a contar: El río Puxcatán nace en el Estado de Chiapas y cruza así montañas, cerros y laderas, hasta llegar a Tabasco; atraviesa al pueblo de Macuspana, en donde cruza río abajo, por varias hectáreas, el rancho de papá. El río, como tal, era medio de comunicación desde toda la vida. Remontándonos a mi niñez a finales de los 60′s, recuerdo cómo mi tío Homero agarraba su lancha para ir a los diferentes ranchos y rancherías para traer la leche y transportarla hasta el “crucero”, para luego llevarla por carretera en su camioneta hasta el pueblo. En esa misma lancha se transportaba de todo para los trabajadores de diversas entidades y también a personas que querían de cierta forma llegar más rápido o acercarse más al pueblo ya que los escasos caminos de terrecería, en aquel entonces, no permitían el libre acceso. Es así como, por este medio, el río servia de vía de comunicación más eficaz. Pero bueno, dejando esto por un lado, vamos a hablar del “crucero” frente al rancho de papá.

Inicialmente había que bajar hasta las orillas del río para abordar el transporte. El encargado de conducir dicho transporte era Don Honorio Moreno (q.e.p.d.), quien era un personaje de quien nadie sabía su edad exacta; mas era notorio que los años habían transcurrido en él al apreciar sus arrugas en el rostro y su piel flácida. A pesar de ello, y manteniéndose fuerte hasta su vejez, era Don Honorio quien cruzaba a las personas en el cayuco, el cual es una pequeña balsa hecha del tronco de un árbol. Era increíble verlo al viejo, con todos sus años encima, atravesando con gran fuerza el río en todas las inclemencias del tiempo; bien así lloviera, tronara o relampagueara, él ahí cruzaba a quien quisiera ir, de lado a lado, y si era tiempo de crecientes, pues ni modo, ahí estaba siempre don Honorio; un hombre tranquilo y siempre amable, delgadito y pequeñito de estatura, arrugado por el tiempo y siempre con ganas de trabajar. Este personaje sobrevivía de los pocos “pesos” que la gente le dejaba y pagaba por sus servicios.

Inicialmente bajar hasta la orilla del río, era muy complicado, los trabajadores del rancho hacían unas escaleras de tierra, para hacer mas accesible el acceso, pero estas desaparecían cada ves que el «río crecía». Este tipo de escaleras se veían por toda la rivera del Puxcatán. Sin embargo, poco tiempo despues después, mi tío Homero y mi papá mandan a construir unas escaleras de concreto para hacer mas accesible bajar hasta el río y abordar el cayuco. Ahora lo único que se tenia que hacer después de las «crecientes del río» era limpiarlas y eliminar el exceso de lodo o barro. A Honorio se le veía todos los días desde que el sol salía hasta que la luz natural iba cayendo en el horizonte, reflejándose en las tranquilas aguas del Puxcatán. Ya por la noche, venia otro personaje digno de mencionar: en este turno era Rodolfo González y mas tarde Concepción Zacarías “Don Chono”, (q.e.p.d.) un trabajador del rancho que fungía como el encargado en este menester al caer la obscuridad.

El ‘embarcadero’ o ‘crucero’, cómo muchos lo llamábamos, tenía sus ‘personalidades’ importantes y era una convivencia a cada momento. Uno utilizaba este sistema de transporte mientras iba platicando la noticia del momento ó el chisme más caliente ó quizás alguna anécdota y disfrutando a la vez la travesía; la cual se hacia mas intensa y larga cuando el río había crecido demasiado por las fuertes lluvias, siendo muy interesante el viajar viendo todos sus encantos y al mismo tiempo sintiendo la belleza y fuerza al cruzarlo. Era como ir “toreando” los montones de “Jacinto” que flotaban al abandonar los arroyos vecinos, troncos y hasta animales muertos en sus corrientes. Así, atravesar el río se convertía en todo un deleite a la vista de una forma interesante.  Se veía por otro lado las columnas del puente inconcluso y abandonado en donde se hacían unos remolinos muy fuertes causados por las corrientes, y al fijar la mirada río abajo, uno dibujaba en la mente el sin fin de todo aquel mundo de agua que al pasar frente al rancho arrastraba cuanta cosa flotante se encontraba a su paso: de repente algún pobre cristiano que no había tenido la suerte de saber nadar también vi cruzar…

Recuerdo muchas veces como cruzábamos el río en aquel cayuco de dimensiones pequeñas y en muchas ocasiones lloviendo y con fuertes corrientes. Ahí, don Honorio tenía que subir río arriba para poder aventarse con fuerza para no ser arrastrado por la corriente, si así fuera, entonces terminaríamos entre los pilares del puente inconcluso inundando la pequeña embarcación. Sentir esa sensación en el medio del río bajo una incesante y fuerte lluvia quedo muy marcada en mi mente, hoy día recuerdo y ‘siento’ aun ese sonido característico de las gotas al caer sobre el agua….

puxcatan tortugueroEra también un deleite a la vista, el ver a lo lejos el “Cerro del Tortuguero” extendido horizontalmente entre el espeso color verde y cielo azul. Así pues, el Río Puxcatán tiene su Historia, tiene su esencia, tiene su mito, sus corrientes y sus colores y olores característicos según la temporada; éste cambiaba de color cuando las grandes crecientes lo pintaban de color turbio; es bonito recordar cuando en las temporadas de seca y calor, el río se encontraba en sus niveles más bajos y en las partes de los famosos “playones” veías a montones de personas en convivencia y disfrutando el río bajo y refrescándose entre sus aguas y apagando el intenso calor de Tabasco donde las temperaturas alcanzaban ¡45°C grados centígrados en Abril y Mayo!

Muchas veces mi papá nos llevaba a las orillas del río frente al rancho a nadar, claro después que el mismo nos enseñara como hacerlo, mis hermanos y yo disfrutábamos aquellos momentos al máximo, eso era inolvidable, pero bueno según fuimos creciendo mi papá nos fue dejando ir al río solos, claro mi mamá no se quedaba tranquila, pero ya habíamos aprendido muy bien nadar y así cruzábamos el río nadando de lado a lado haciendo competencias con los hijos de don Clemente (q.e.p.d.), Carmen y Javier a quien recuerdo que siempre nos ganaban…

Junto con los hijos de Don Clemente y otros allegados jugábamos en el río; también, por supuesto, hacíamos las famosas resbaladillas de lodo desde donde nos aventábamos hasta caer en una poza en el río, aquella agua puerca era nuestra diversión de pequeños. (Hoy día la contaminación lo ha invadido)

Un buen día recibimos la visita de mis tíos Juán y Josefina (q.e.p.d. ambos) esta vez venían con Ricardo Juán y Laura Margarita, (la hija adorada de mi tío Juán).  Ellos vivían en la Ciudad de México y solían venir al rancho al menos una vez por año, esperarlos era todo un acontecimiento familiar, pues mi tío Juán como su nombre lo dice, era muy importante: “Don Juán” como mi mamá lo llamaba al dirigirse hacia él. En esa ocasión, Ricardo y Laura se unieron al grupo y juntos disfrutaron las maravillas del río y todas sus diversiones, como la gran resbaladilla que, en aquel entonces, ¡la habíamos construido más alta y espectacular!.

Laura no se aguantó las ganas de tirarse y sentir la emoción de caer a la poza que nos esperaba al final de la caída. Quizás llevaba ya una vez que se había aventado cuando se arrojo por segunda vez, sin embargo, ya la resbaladilla había dejado mostrando algunas ramas y  piedras y hasta vidrios, por lo que Laura se lastimo la pierna derecha, la cual quedo marcada para siempre con un “zarpazo de tigre”.  Ella sangró y este accidente fue todo un escándalo para mi tía Josefina que no se cansó de regañarla como solo ella sabía hacerlo. En fin ahí quedo la resbaladilla para la historia, por supuesto que nosotros cambiamos de posición y construimos una nueva unos metros más por ahí y seguimos ¡divirtiéndonos como siempre!

Un buen día, recuerdo que nosotros (mis hermanos y yo) le teníamos pavor a mi tío Homero cuando este cruzaba el río junto con nosotros en el mismo cayuco, pues siempre decía que iba a “bautizar” a alguien. Su bautizo constaba en coger a alguien de los pies y con una mano sumergir la cabeza de ‘este’ ligeramente en el agua justo cuando el cayuco se encontraba en el medio del río! Esto nos lo hizo a nosotros y también, recuerdo muy bien; a Malena, su hija menor, a la cual yo vi en una ocasión que la “bautizo” ¡frente a todos!

Siempre (recuerdo) que mi papá tenia un kayak junto a las escaleras y jugar en el río con el era divertidisimo, pero a la vez sufridisimo al llegar a casa, después de traer la panza, las piernas y los brazos llenos de fibra de vidrio. También esta experiencia la vivieron en carne propia, no nada mas Ricardo y Laura, sino también algunos otros invitados que llegaban a la casa…

IMAG3787Un buen día fuimos todos en la lancha de mi tío Homero río a bajo es decir, al otro rancho que se llamaba “El Carmen”, por estar en ese ejido o ranchería, bueno, varias veces hicimos este recorrido, con el río “bajo” y “desbordado” por las grandes crecientes. Recuerdo una vez que el río estaba en su mayor capacidad y fuimos a El Carmen; era impresionante ver los potreros y el campo lleno de agua, los árboles sobre salir del agua y nosotros en el medio del río en las fuertes corrientes donde la lancha se deslizaba a alta velocidad. A nuestro alrededor los árboles -que estaban entre las aguas del río Puxcatán, con sus ramas llenas de animales llamados “garrobos” o iguanas- también podrían apreciarse, así como las culebras venenosas que se enrollaban entre las ramas huyendo de la inundación.

Recuerdo cuando hubo aquella inundación causada por el huracán ”Brenda”, en la que el agua Puxcatán rodeo la casa del rancho; y en aquella ocasión, mi tía Milla, Carlos y Laura Alvarez fueron a quienes les toco la odisea. Un día mi papá llega en lancha hasta la puerta de la casa y nos encuentra jugando entre el agua a Miguel, Simón, Carlos, Laura (ahijada de mi papá) y a mí; la de cinturonazos que nos dio, no se nos olvido jamas, mucho menos a Laura que hasta la fecha se lo reprocha.

En temporada que toda esa agua desaparecía con el correr del tiempo y de las temporadas de sequía, también era una odisea navegar sus aguas. Mi tío concentrado en el manejo de la lancha y uno de los trabajadores lo guiaba al frente para irlo orientando, pues el río estaba tan bajo que los troncos y árboles, que habían arrastrado las grandes crecientes, habían quedado en el fondo del río y era todo un peligro cruzarlo; sobretodo al caer la noche, que la visibilidad era nula.

Cuando se acercaban los grandes eventos en el rancho de papá, tales como su cumpleaños o el “Santo de los Migueles”, era todo un espectáculo ver como don Honorio y/o Don Chono ayudaban a cruzar el río a los invitados al pachangón (fiesta), como era de mencionar; los festejos que mi papá realizo en el rancho, eran tan famosos que había mucha concurrencia, incluso del otro lado del río. De esta forma, del lado del pueblo, ahí se estacionaban todos los carros y por medio del cayuco -este medio de transporte tan sin igual- aguardaba a los invitados, como también la lancha de mi tío, para poder cruzarlos.

Muchas veces recuerdo que en temporada de lluvias, ésta nos sorprendía en medio del río; aquellos aguaceros y tempestades fueron muy particulares, al vivirlos en pleno cruce, y muchas veces con rayos que parecían verlos tan cerca el caer e ¡iluminar el cielo! Ah, pero eso sí, muchas veces era un espectáculo nocturno el ver el cielo estrellado por la obscura noche en medio del río y en el medio de la frescura humedad y escuchar los grillos y sapos a lo lejos amenizando la travesía del río, alguna ves también pudimos apreciar algún aerolito…¡fundirse en la media noche!

Mi papá nos enseñaba y nos apuntaba con el dedo como si pudiera tocar las constelaciones que forman parte del firmamento y los planetas, los cuales solamente en la obscuridad de la noche se podían apreciar. Nos explicaba brevemente su historia y los años luz de distancia de nosotros; además, si esa noche era de esas esplendorosas, al llegar a casa, mi padre armaba su espectacular “telescopio”, adquirido por él para observar las constelaciones y ahí en el “porche” nos ponía a mirar a través del lente, aquello que antes nos había mostrado con el dedo. Fue así como conocí de “cerca” a la Luna, a Marte y hasta Júpiter…y uno que otro cometa como el “Halley”; también el Sol y varios eclipses de Luna, así como de Sol.

Todo este relato anterior mi papa nos los platicaba durante el tiempo que duraba el recorrido (cruce) del río Puxcatán en aquel cayuco sobre sus aguas verdes pero cristalinas en ese entonces,  que atravesaban el rancho de papá y otras poblaciones. Cuenta mi papá que río arriba, donde éste nace, cruzando entidades y riveras, llega uno hacia la punta extrema del “Cerro del Tortugero” donde se forman grandes remolinos y se conjuntan la belleza de la naturaleza, características del lugar con el cielo azul.

Un evento digno de recordar en este relato, es también uno que otro cumpleaños de mi mamá o de nosotros mismos, recuerdo cuando mi mamá quería festejar un año más de vida y temía no ser visitada por algunas personas que la conocían, simplemente por el miedo que sentían en cruzar el río en el cayuco., mi mamá le comento a mi tío Homero que sentía que nadie la iba a acompañar en su cumpleaños, entonces mi tío le contesto: “Quien te estima y te quiere, vendrá a tu fiesta y cruzaran el río a como dé lugar” y si, así fue, mi mamá tuvo un cumpleaños inolvidable y muy concurrido, el “cruce” del río Puxcatán una vez más ¡había sido superada!

Macuspana: Su nombre proviene del vocablo náhuatl Macui-chapana, que significa «Lugar de las cinco barreduras o limpiezas».

Puxcatan: Tambien llamado Rio de la Serpentina (meandros) que forma muchas vueltas.

Cayuco: Embarcación indígena pequeña o grande hecha del tronco de un árbol, semejante a la canoa.

Tortuguero: Tortuguero es un yacimiento arqueológico de la cultura maya, localizado en el municipio de Macuspana, en el estado mexicano de Tabasco. Esta ciudad maya se localiza en las llamadas «llanuras intermedias» entre las estribaciones de la sierra del sur tabasqueño y la planicie costera del golfo de México y su nombre moderno se debe a que se ubica en las faldas del cerro llamado «El Tortuguero». (cuenta con 400 metros de altura aproximadamente)

En los últimos años, Tortuguero ha tenido relevancia mundial, debido al descubrimiento de la Estela 6, o también llamada «Estela de Tortuguero» en la que se menciona la fecha del 23 de diciembre de 2012 como el final de una era del calendario maya.

Brenda: El huracán Brenda fue el primer ciclón tropical (en rocord) en tocar tierra en las costas de Campeche y afectar a la península de Yucatan y el Estado de Tabasco el 23 de Agosto de 1973.

Acerca de Manolo De La Cruz

Nacido orgullosamente tabasqueño, crecido en la tierra de los "tumbapatos" en Macuspana cruzando el río Puxcatán en San Joseito "Rancho 2-Hermanos". Vivido en Costa Rica y parte en Caracas, Venezuela. Escritor cómico, narrativo, descriptivo, anecdótico y ahora pintor empírico. Ver todas las entradas de Manolo De La Cruz

33 respuesta a ««El Río Puxcatán»»

  • Homero Diego de la Cruz Pérez

    Manolo……… no tienes ma……no sabes lo que me provocaste……ahhhhh bendita niñez, como es que nos fuimos de ahi, no pares, sigue escribiendo y relatando todooooooo lo que puedas y te acuerdes, te lo voy a agradecer mucho. (me hiciste llorar al recordar todo lo bueno y malo que vivi ahi, en el rancho, cuando no sabia ni que pex con la vida, lo dura que es y lo cruel que te trata si te apendejas, jajaja, cuidate mucho Primo Hermano va!!!!). No dejes de expresarte y manifestarlo ok. Bye

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  • soraya

    Muy padre relato Manolo, me haces recordar esos tiempos maravillosos. sigue escribiendo

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  • Emiliana

    Primoooo que bello es recordar no?? jajajajaja me gusto la parte donde relatas el bautizo ajajajaja don gomero no cambia!!! te mandamos muchos besos y abrazos y esperamos algún día verte te quiero mucho!

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    • Manolo De La Cruz

      Gracias prima por tu comentario, espero que tu pequeno recien nacido, lo bautice tu padre asi como nos bautizo a nosotros hace ya muchos, muchos anos! tomas una foto de don «Gomero» haciendolo y me la envias, sale? besos y preparate en unos minutos «El Cumpleanos Numero Seis»

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  • maria cristina paz

    Manolo, excelente relato, cada uno tiene recuerdos de la infancia pero los tuyos están marcados, desde entonces has vivido muchas emocionantes aventuras, haces a uno transportarse al lugar de los hechos, también recuerdo lo que dice lalo, el día de muerto, por la noche cruzábamos el rio en los cayucos, también nos toco echarnos un chapuzón en el rio, ver el puente desde entonces, que por cierto en mi corta imaginación pensé que ahí pasaba el tren, algo que me quedo desde niña y no sé porque, más tu papa ya me aclaro que nunca ha pasado el tren, recuerdo las escaleras a la orilla del rio pero de material, el lodo. Qué bueno que escribas y lo hagas perfecto, me fascino, nunca dejare de felicitarte por este don que Dios te dio. Saludos.

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    • Manolo De La Cruz

      Que bueno que te gusto y que tuviste tambien la oportunidad de vivirlo y sentirlo tan de cerca, y como dijo Lalo, lo del cruce «en aquellas noches de tamales» esa? esa es otra historia (material guardado para un siguiente articulo) graacias por seguir leyendome, me encanta saber y sobre todo ver que gustan mis anecdotas, articulos y testimonios de vivencias de juventud como un dia me dijo mi tia Josefina (qepd).

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  • Margarita Winzig Vazquez

    tus relatos me hicieron recordar los dias calurosos pero lindos y añorados en que disfrutamos de bañarnos en el rio (yo a la orilla del rio , al cuidado de mi tia magui ja. ja. ja.) y esas cruzadas en cayuco moviendolo tu papa para doar miedo y en el kayac . de los tubos del puente se llego hacer yn puente de tubos pero el dia de hoy ya lo tumbaron de nuevo para rehacerlo de nuevo y mas firme pero no hay fecha para empezarlo o terminarlo . ja. ja- ja. los dias lluviosos en el rancho eran lindos porque haciamos campamentos en los cuartos con sabanas y les daba por contar cuentos de miedo alumbrados con lamparas de mano pero tia nos regañaba.
    Lo mas miedoso era cuando estaba crecido y tio los hacia cruzar de noche o madrugada porque rara vez los dejaba dormir en el pueblo . si ivan ellos a alguna fiesta .los levantaba y se los llevaba a esa hora..estuviera el tiempo como estuviera y fuera la hora que fuera.
    Pero son bellos recuerdos e inolvidables. ATTE: Marìa Concepcion Vàzquez Paz.

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    • Manolo De La Cruz

      gracias MAggy por transcribir el comentario de (conchy) tu mama, me parecio muy lindo de su parte su aportacion al Rio Puxcatan, que bueno que le gusto y que bueno que tambien le trajo lindos recuerdos., me encanto esa parte que dice: «estuviera el tiempo como estuviera y fuera la hora que fuera» (mi papa siempre nos hizo cruzar el Rio en cualquier circunstancia climatologica) aun lo recuerdo!!!

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  • olga magdalena de la cruz pérez

    Manolo: no pude evitar leer antes tu escrito, lo vi pero me dije al rato lo leo y así pasaron unos días quizás hasta hoy que me lo volviste a mandar, quizás no quería abrir el baúl de los recuerdos, me recuerda mi infancia me trae recuerdos tristes y una que otra alegría, eran mis raíces era mi mundo en el que era feliz y en el aprendí a experimentar también la tristeza, pues lo poco que viví allá se quedo como un tatuaje que no se borrara nunca ,si llore todo tu escrito quizás añorando volver a vivir esos tiempos en que tenia un padre que tanta falta me hizo, en mi vida.
    aunque yo tenia poca edad cuando nos fuimos del rancho de mi padre, a los 6 años, yo guarde en mis recuerdos tantas anécdotas y sentimientos que hoy se desbordan, pareciera que fue ayer que los viví, la res baladilla ,el terror al cayuco, la lancha de papa que te dejaba una picazón de pelos por todo el cuerpo, las garrapatas confundidas con los lunares del cuerpo, jajajaja, lucero el caballo de la familia que cuando visitaba a mi padre lo bañaba en el rio y le quitaba las garrapatas horas invertidas para que mi padre me dijera al rato va ha estar igual, jajajaja, el aprender a capar a su lado y comer las criadillas (a huevo) porque no había otra cosa que comer ese dia jajaja, un baño rápido en donde metían al ganado a desparasitar de las garrapatas jajajaja no se diga cuando me caí del caballo cerrero y no solté la sombrilla porque mi padre me dijo si la tiras te meto donde baño al ganado, y quedar en el suelo inconsciente pero con la sombrilla bien agarrada, que con nada me la quitaban de la mano, jajajaja, como no recordar cuando mi padre pescaba con la pistola desde arriba, cuando pescábamos con una red y a flor del agua se atrapaba jaiba cangrejos pescados sin ningún esfuerzo alguno, que hasta la fecha termine odiando el pescado ,cuando mi madre mataba tortuga para cocinarla y estar llorando por la pobre tortuga(desde ahí supe que seria protectora de los animales)jajajaa tantos recuerdos agolpándose de pronto y dejarlos salir aquí, hoy que la nostalgia me ha embargado, primo ese fue mi mundo mi felicidad mientras duro, y hoy no vale decir quiero regresar el tiempo y vivir eternamente en el, recordar el tortuguero que tenia mi papa cerca del jacal donde guardaba el maíz, y estar lleno de tortugas y cuando metíamos el dedo no faltaba que alguien se trajera una ensartada y corriendo como locos para quitárnosla jajajaja cuando papa compro un arco con flechas para mi hermano homero, y dora y yo jugando a que lo cazábamos de milagro que teníamos en ese tiempo mal tino porque cuando se dio cuenta mi madre le dio una regañada a mi padre de aquellas, jajajajaa cuando observaba a los borregos hacer popo y le preguntaba a mi padre porque hacían bolitas jajajaja cuando jugábamos con las tarántulas y mi madre siendo de ciudad querer salir corriendo de ahí, jajajaja meter los dedos en los hoyos que dejaba la tierra al lado del cayuco con la suerte de que nunca nos pico una culebra, jajajajaa y recordar que cuando iba a visitar a mi padre cada vacaciones ya teniendo 14 años ir a pescar a la orilla del rio y solo pescar botas cables y un pez globo, y en espera de que un pez enganchara el anzuelo escuchar atrás de mi como las vacas bajaban a tomar agua al rio, y en una de tantas veces que fui a pescar escuchar las ramas y al voltear ver un dinosaurio de la prehistoria parado de manos jadeando inflándosele la garganta y sentir la adrenalina de pararme como un resorte y gritar como loca corriendo por toda la orilla del rio y este siguiéndome atrás opsss fue mi mayor trauma ,había olvidado la clase de fauna que existía en el rancho(un guarro o lagartija gigante) jajajaja el tomar los tamarindos o los mangos de los arboles conforme paseaba con lucero el caballo de la infancia y saber después en otra visita que ya no estaba que había muerto cuanto llore por el, me acuerdo haberle dicho a mi madre que si podíamos tener un caballo en la ciudad de mexico D.F. cuando partimos de ahi, cuando íbamos a tu casa y jugábamos hoyo en la puerta de tu casa y que ganaba quien llegara primero y metía el dedo en el hoyo jajajaja primo has removido mi mundo de la niñez gracias por no dejar tus raíces y olvidarte de ellas, y dejarme saber que aun me duele mi niñez y que aun conservo sentimientos profundos.

    Olga magdalena de la cruz pérez

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    • Manolo De La Cruz

      Ay Malena me has conmovido con tu escrito, para comenzar me dejaste con la quijada en el piso de lo alrgo, pero no asi lo deje de disfrutarlo, mil gracias tambien por contarme tambien tan de cerca tu experiencia de tu ninez y lo que provoco «el Rio Puxcatan» te agradezco, y te cuento, me gusta como escribes!!!

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  • Elisa Alvarez

    Quizás porque crecí también a orillas del Puxcatán, quizás por tu narrativa tan precisa y descriptiva, quizás porque soy tumbapata o quizás porque no creo que nadie pueda leer tus lineas sin aventurarse con su imaginación en dichas aventuras pero lograste levantarme de mi silla y transportarme años atrás a mi niñez y me vi de nuevo también en un cayuco con mis padres y hermanos cuando ibamos al rancho de mi papá que estaba a orillas del Tulija (otro río de Macuspana que me parece es brazo del Puxcatán), también imagine a mi abuelo Carlos Solórzano que no tuve la bendición de conocer pues se me adelantó pero que fue muy famoso en el río Puxcatán y sus brazos por dedicarse al comercio en las rancherías y ejidos de la región a través de dichos ríos en su famoso barco «El Puxcatán» y pues el Puxcatán ahi sigue ganando años; cobrando vidas y acompañando a los tumbapatos. Gracias Manolo por compartir tus experiencias.
    Elisa Alvarez

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    • Manolo De La Cruz

      Wow, me encanto tu comentario! que padre que te hice levantarte de la silla para hacer el recorrido nuevamente sobre las aguas tranquilas del Puxcatan, de eso se trataba, tranportarte al lugar exacto en donde tu quisieras colocar la historia segun tu vivencia personal, los rios tienen su historia, sus misterios y sus sonidos, esos cantos que nos hicieron vivirlo a sus orillas, gracias nuevamente por plasmar tus experiencias en tu rio!

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  • Betty

    manolo pprimo querido mio es impresionante la manera que escribes, me facino pues como bien sabes no estaba en esa epoca pero cuando lei tu relato me has trasportado a tu mundo como siempre lo haces, mas yo te digo tambien vive esas experiencia pero es hermoso y no me arrepiento de nada, hoy se que lo mas importante en la vida son nuestras vivencias, bueno pues ese rancho 2 hermanos, hoy es un fraccionamiento pero puedo decirte que no es como cualquier otro es diferente su gente que antes trabajaba con nuestros padres algunos ahora son nuestros vecinos, sus dias soleados son incomparables con alguna otra parte de macuspana misma, sus dias lluviosos Dios son una maravilla. hoy tengo un pedacito de ese cielo que vivimos en nuestra infancia cada uno asu forma pero el rio, las estrellas que adornan cada noche, la luna que alumbra cual espectacular es aun siguen aqui…tienes un corazon tan sensible y una imaginacion sin igual eres mi Romantico y bello Poeta. con amor tu prima Betty. cuidate mucho bebe!!!

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    • Manolo De La Cruz

      Mi querida prima, se que tu tambien fuiste parte de ese escenario que tantos recuerdos nos trae, en tu tiempo en tu epoca pero te toco admirar tambien su belleza., ahora bien me encanto como me llamaste, lo adoptare tal cual. «Tienes un corazon tan sensible y una imaginacion sin igual eres mi romantico y bello poeta» me encanto!

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  • Tere Aristi

    Como no comentar en mi blog favorito,amigo que relato tan más lindo,de envidia!! como se disfruta cuando es niño,además tu forma de crecer en un rancho es aún más bello entre la naturaleza,con los prim@s etc.Todo eso queda en nuestra memoria y con la extraordinaria capacidad de asombro.Maravilloso lugar el Río Puxcatan.

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    • Manolo De La Cruz

      Ay my #1 fan!!! sabia que te iba a encantar, gracias nuevamente por estar ahi y siguiendome como siempre, te agradezco enormemente tus comentarios como siempre muy valiosos para mi! un beso y un abrazo hasta Cancun.

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  • Carolina

    Mane me encanto el relato, me hiciste recordar mi nilñez y a lo sencillo que era ser feliz !!!

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    • MDC

      Gracias Carolina que bueno que tu tambien ubicaste mi anecdota en tu ninez, y mil gracias por comentar, estamos en espera de «Diego» que viene cruzando fronteras inimaginables!

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  • Cristina Chávez

    ANSIOSA POR LEER «DIEGO»

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    • MDC

      No te me desesperes que «Diego» esta llegando muy pronto, «esta cruzando fronteras entre corrupcion internacional inimaginables» ya lo leereas!

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  • LAURA ALVAREZ

    MANOLO ME GUSTO MUCHO!! AUN RECUERDO LOS CINTURONASOS, JAJAJA, ESE MI PADRINO!! … OYE FALTO CUANDO TIRASTE AL AGUA A LA TIA LEYLA, (q.e.p.d.) O CHIVOLITA, NO RECUERDO. LO QUE SI ME ACUERDO ES CUANDO NOS SUBIAMOS AL CAYUCO A ESPERAR QUE PASARA UNA LANCHA Y NOS SANGOLOTEARA, JAJAJA, QUE MIEDO!!, YO AL IGUAL QUE TU DISFRUTE EL RANCHO, QUE AÑOS TAN MARAVILLOSOS

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    • Manuel De La Cruz

      Tu fuiste una de las personas junto con Carlos tu hermano, nos hacian esos dias tan largos en el rancho disfrutar de todo aquello, el patio, el rio, los potreros, la casa, los juegos, eso como dices tu, era maravilloso, gracias por recordar y por sentir aun los cinturonazos de tu padrinito! jajaja un beso Laita gracias por comentar!

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  • Cristina Chávez

    Manolo que lindo relato donde recuerdas tu nilñez y parte de tu adolescencia, esas vivencias son las que nos llevamos dentro toda la vida.

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  • Teresita Paz

    Primo hermoso relato!! me encanto como fuiste describiendo cada recuerdo vivido en tu niñez. Wow que tiempos bellos se vivian antes con las cosas mas sencillas y lo que la naturaleza nos regala.
    Besos

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    • Manuel De La Cruz

      Teresita, a mi me impresionaba ver como se veia el Tortuguero cuando el rio estaba en su maxima capacidad, eso era solamente agua, mas agua, verdor y tortuguero, la vida en mi ninez con lo que la naturaleza nos regalo era un tesoro que aun conservo en mis memorias! gracias por comentarlo!

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  • Eduardo Paz

    Ta faltó mencionar los cruces nocturnos cuando se celebraba el día de muertos. Otra experiencia también especial ya que además de lo emocionante de cruzar el río, le agregabas la oscuridad.

    No me quedé con las ganas, fui hasta el lugar de los hechos:
    http://g.co/maps/rzzu2

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    • Manuel De La Cruz

      Me dejaste con la quijada en el piso al ver el rancho desde el mapa, mil gracias y que bueno que te gusto Lalo, gracias por leerlo y dejar tu comentario, me encanta que me contesten y me dejen su experiencia del relato leido!

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  • Susana

    Me fascino Manolo, que recuerdos no? Me hiciste vivirlo con tu relato y me trajo muchos recuerdos de mi infancia en el rancho de mi papá, sólo que en el río Tulija, en el playón que cono tu mencionas se formaban al bajar el río, hermosos recuerdos y como siempre excelente tu forma de relatar tus experiencias vividas, gracias porque amanecí algo apagadona y me llenaste de bellos recuerdos y emociones.

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    • Manuel De La Cruz

      A los «Tumba Patos» fue a los que les pase un Twit directo, pues solamente nosotros sabelos los mitos del Puxcatan, pero tambien cautivo a los que me leyeron e hicieron que las aguas tranquilas del rio les llevara y arrastrara con sus caracteristicas corrientes e inundaciones en este recorrido de antano, gracias por expresarte asi y tambien por haber revivido tu tambien un mito, un olor, un canto una imagen un color a las orillas del rio!

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  • Laura Margarita de la Cruz del Rio

    Genial Primo….Me encanto!!!…Cuantos recuerdos…Estoy muy emocionada!!!!…Gracias

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    • Manuel De La Cruz

      Sabia que te iba a encantar Laura, y mucho mas por haber participado tu y tu hermano Ricardo en aquella lodo-resbaladilla, aun lo mantengo presente y fresco como ese barro en el que soliamos jugar! te agradezco el comentario, siempre me gusta saber que la gente me lee, un abrazo!

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