«En el Viejo San Juan»

 Entre la nostalgia y recordar a mamá, se me vino a la memoria una vez que la escuché cantando «En mi viejo San Juan…» Yo estaba organizando mis vacaciones cuando me puse a pensar: ¿Y si con esas memorias y esos recuerdos y de fondo esa melodía que solía cantar con tanta ilusión, diciendo que su sueño dorado era ese…? ¿¡Nos vamos a Visitar El viejo San Juan!?
¡Vámonos mamá! En mi sentimiento y homenaje póstumo espiritual, te llevaré a la isla del encanto, ¡Puerto Rico!
Así me decidí y entonces me dispuse a programar este viaje para cumplir lo que ella en vida no pudo. Llamé a mi amiga Lupita Vázquez para comentarle lo que tenía en mente y pedirle que me buscara una oración para que yo pudiera dedicársela a mamá, el día que llegara a la isla del encanto.

Un par de días antes, le había comentado a mi hermano Miguel y él me sugirió depositar una gardenia (la flor predilecta de mamá) en el mar. Y así lo hice, llevé conmigo tres flores, y me dispuse a caminar y disfrutar el viejo San Juan, así como ella lo solía cantar y describir en sus pláticas, su sueño que nunca realizó: «Una tarde me fui hacia extraña nación pues lo quiso el destino…» No contaba yo con lo que la fuerza de la naturaleza puede hacer, antes de llegar (en aquella ocasión, en mi `primer intento para realizar este viaje) a la isla ya con boleto en mano y reservación de hotel, se atravesaron dos «damas» que con su furia dañaron Puerto Rico, una de ellas ‘Irma’, la otra ‘María’., dos huracanes que devastaron la isla del encanto. Pero aún así, seguí con los planes desde que comencé a ‘soñar juntos con el sueño de mamá’.

Han pasado 8 años ya… «El huracán Irma tocó tierra el 6 de septiembre de 2017 con vientos de hasta 100 millas por hora. La tormenta provocó la interrupción del servicio eléctrico a dos tercios de la isla. Apenas dos semanas después, María pasó por la isla el 20 de septiembre de 2017 como un huracán categoría 4».

Nuevamente comencé desde cero a organizar mi visita a la isla del encanto, nuevamente compré boleto de avión y reservé 4 noches de hotel en El Viejo San Juan. Busqué las gardenias en muchos lugares, sin éxito; incluso, pensé pedir que me las enviaran, aunque fueran secas, no me importaba, pero yo quería llevarlas. Me puse en contacto con mi prima Conchita quien posee una mata de gardenia y en una ocasión, me recibió con un ramillete de ellas en su casa; ahí estaba un florero con las flores de mamá, cosa que agradecí enormemente a mi prima. Posteriormente hablé con mi prima Emiliana en Macuspana, quien me había comentado que su hermano tenía una mata de gardenia ahí en San Joseíto, en el rancho donde vivimos cuando niños, pero nada, no tenía la mata ni una flor. Después me acordé de aquel gajito de gardenia que mi mamá había cortado y puesto en un vaso con agua y había dejado en una de las habitaciones de la casa del rancho unos días antes de aquel fatídico accidente y que posteriormente mi papá llevó consigo, entregando aquel gajito con raíz, a su hermana Milla, allá en el Puerto de Veracruz…, le llamé a mi prima Laura para ver si de casualidad la «gardenia Margarita» (así la llamaron las Álvarez de la  Cruz), había de casualidad dado flores…, ¡nada, ninguna suerte por el momento! No me quedó de otra que acudir a una florería en New Jersey, la dueña del establecimiento me dijo que se comprometía conmigo en conseguirme las tres gardenias y entregármelas un par de días antes de que yo viajara a Puerto Rico, mientras tanto, no me quedé conforme y llamé por teléfono a las florerías en la isla…, ¡ninguna me dio una respuesta aliciente!

Al final, la florería de New Jersey me consiguió las tres gardenias, me las entregaron individualmente con un tubo de agua para mantenerlas vivas…, y así viajaron conmigo hasta aquí.

¡Por fin en la isla! Comencé a caminar y admirar su belleza. En mi pensamiento estaba todo el tiempo ella junto a mí, le platiqué lo hermoso que es El Viejo San Juan y sus calles empedradas y los hermosos colores de aquella ciudad que comenzaba a cautivarme. La ciudad se caracteriza por sus calles de adoquines y edificios coloridos que se remontan al siglo XVI y XVII.

Por algo seleccioné hospedarme en El Viejo San Juan, llegué caminando hasta la playa y ahí escogí un lugar bonito, apacible para hacer simbólicamente mi ceremonia «in memoriam». Leí la oración seleccionada por mi amiga Lupita.

Mamá fuiste un regalo de Dios a mi vida.

«Se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada, también su marido» Proverbios 31:28

Mamá, aunque ya no estés físicamente con nosotros, quiero decirte que te llevo en mi corazón. Todo lo que hiciste por mí, está anotado en el cielo; tu amor sublime e incondicional nunca se compara al de nadie, solo Dios supera ese amor. Hoy doy gracias a Dios por permitirme venir hasta este lugar con el cual soñabas conocer y también le doy gracias por haber enviado a la Tierra, un ángel llamado Margarita…

Te traje tus gardenias…

Gracias Señor porque me das la oportunidad de hacerle este memorial a mi mamá, a mi primera dama. Te ama Manolo.

Y acto seguido, di unos cuantos pasos hacia el mar, muy cerca de la orilla, ahí deposité las gardenias sobre las olas, hasta que éstas las llevaron aguas adentro y desaparecieron de mi vista. «…pero mi corazón se quedó frente al mar en mi Viejo San Juan».

El Viejo San Juan te transporta a una época provincial en pleno siglo XXI, por algo quizás mi «Primera Dama» cantaba con tanto sentimiento esa canción… y ahí frente al mar, corroboré yo, aquel sentimiento que ella muchas veces cantó.

El Viejo San Juan fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1983.

«¡Me voy, pero un día volveré a buscar mi querer, a soñar otra vez en mi Viejo San Juan!»     Frase emblemática de la canción de Noel Estrada, compositor puertorriqueño,  interpretada entrañablemente por el cantante mexicano Javier Solís

El sueño de una madre es ver cumplir los sueños de sus hijos, mi primera dama alcanzó a ver unos cuantos sueños que me propuse. Hoy día, a 12 años de su partida, estoy cumpliendo el sueño que ella siempre quiso, visitar la isla del encanto y quizás amanecer en el Viejo San Juan, así lo sentí yo desde aquel día que comencé a planear este viaje y que hoy, hace 8 años (después del paso de los huracanes «Irma» y «María») pude realizar.

«Margarita era su nombre. Así como su nombre era bonita, Rosas rojas miro en la ventana. Gardenias, su perfume preferido. Animan el ambiente cotidiano. Recuerdos uno a uno van llegando… Tonos lindos de música que agrego ¿Acaso su recuerdo yo, no olvido?» Miguel Ángel De La Cruz Gracián (Mi papá ). Agosto 2025.

En homenaje póstumo a mi Primera Dama, a mi mamá Margarita Paz Pérez QEPD.

Pinturas en acrílico pintadas por mí para la ocasión e inmortalizar «el sueño que ella siempre soñó».

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«Revisión ortográfica y sintaxis por Alicia Alvarado Ballesteros.